Hace cerca de 7 años, mi esposa Miriam, motivada por nuestras hijas Ivannia, Viviana, Adriana y Andrea, aceptó incursionar en el maravilloso mundo de los aceites esenciales y la cultura doTERRA.
Poco a poco, todas ellas se fueron consolidando como microempresarias exitosas, con la ventaja de poder dirigir sus operaciones desde sus hogares, junto a sus familias en crecimiento.
En los 3 años más recientes, con la creciente experiencia de ellas, me involucré paulatinamente en lo que venía a significar personalmente, un cambio de paradigma radical.
Un profesor universitario del área tecnológica, con 20 años de jubilación y ligado fuertemente a los sectores sociales y financieros, ¡¡¡¡ahora intentando enseñar sobre los usos y beneficios de los aceites esenciales!!!!
Eso significaba enfrentar una tarea muy retadora.
Afortunadamente, con la experiencia familiar y la firme decisión de seguir aprendiendo a pesar de los años, sumado al hecho de que ya había pasado a encabezar las filas de los usuarios convencidos, por experiencia propia, de que los aceites esenciales de doTERRA sí funcionan, como coadyuvantes en el cuidado de la salud, como productos que nos brindan apoyo físico y emocional, como apoyo en la desinfección y limpieza de nuestro hogar, como productos de cuidado personal, soporte deportivo y masajes, etc. etc.
Si a lo anterior le sumamos la novedad organizativa, los programas de Co-Impacto, los programas de apoyo social, la calidad, variedad y accesibilidad de los productos, los niveles de incentivación organizacionales, el compañerismo, la solidaridad y el especializado nivel de soporte al interno de la empresa, fácilmente puedo afirmar que con entusiasmo y compromiso, cualquiera encontrará, por esta vía, el acceso al éxito integral y realización plena, como personas comprometidas con sus semejantes.
Todas las razones anteriores, entre otras, me motivaron a involucrarme más junto a mi esposa, en este proceso.
Nos propusimos llegar a formar parte del Club de Fundadores de Centro América y seguir recomendando no solo a la Compañía por la excelente calidad de los productos, de la cual damos testimonio, sino por la atractiva oportunidad de negocio que representa enseñar a otros, los beneficios de doTERRA y compartir esa hermosa oportunidad con muchos hogares del área y fomentar el crecimiento como equipo.
Recientemente, el 1⁰ de febrero, doTERRA nos dio la excelente noticia de que ya formamos parte del Club de Fundadores de Centro América.