Mi historia en doTERRA comenzó precisamente en Costa Rica, en octubre del 2016, cuando fui de vacaciones a la casa de Liz Apanco y Alberto García, quienes ya usaban los productos. Tras un fin de semana de aventuras en la playa me dio un terrible lumbago y Liz me ofreció Deep Blue. Al comienzo yo estaba sumamente escéptica y no quería probarlo; sin embargo, ella insistió y acepte sin ninguna expectativa de que fuera a funcionar. Creo que esta experiencia me ha permitido conectar muy bien con aquellos que aún no conocen y no han experimentado doTERRA, puesto que yo tampoco fui criada con soluciones naturales y no tenía este estilo de vida en ese momento.
Ese día descubrí el poder de la naturaleza y lo que los aceites esenciales podían hacer por mí y mi familia. Así fue como compramos nuestro primer kit de esenciales para el hogar que tenía los 10 aceites básicos y el difusor pétalo. Recién inscritos y con un mundo por descubrir regresamos a Panamá, país donde comencé a desarrollar una comunidad global que hoy tiene +2000 familias en 18 países distintos.
Creo que, como muchos otros líderes de la compañía, no comencé pensando en hacer el negocio, pero los aceites esenciales generaron un profundo cambio en mí y en la salud de mi familia. Al cabo de 3 meses, tuve una clase de negocios con Osvaldo Osornio, líder diamante presidencial y fundador de doTERRA México y fue cuando decidí dedicarme profesionalmente a doTERRA - no tanto por lo que podía ganar, sino porque amaba estas botellitas y el impacto que yo podía generar en millones de familias en el mundo.
Crecí bastante rápido en un mercado de acceso global a punta de mucho sacrificio y dedicación. Desde el comienzo entendí que debía invertir en mi negocio y por lo mismo asistí a la convención al año siguiente y luego a mi primer retiro de liderazgo el 2019. Ese evento cambió el rumbo de mi negocio y me mostró que si quería llegar a Oro no podía continuar haciéndolo sola. Decidida a llevar estas soluciones naturales a cada rincón, me enfoque en desarrollar a aquellas personas en mi equipo que amaban y estaban compartiendo sus aceites.
Siempre alineada a mi propósito y con la visión clara de fundar Panamá - el país donde vivía y Chile, mi país natal, es que seguimos trabajando, pese a todas las dificultades que se nos presentaron en el camino y así en Julio del 2020, cuando recién comenzaba la pandemia, logramos avanzar de Oro a Diamante. Para mi este rango representa todo lo que mi equipo puede lograr teniendo convicción y compromiso, independiente de donde vivas o las condiciones de tu mercado.
Hoy sueño con llevar mi mensaje y esta ayuda a más de 1 millón de familias en el mundo, apoyando e inspirando a todos aquellos que aman este estilo de vida, aman doTERRA, aman servir y educar y están dispuestos a desarrollar un negocio de largo plazo con un tremendo impacto social.